
En un mundo donde la tecnología cambia más rápido que nuestra capacidad para adaptarnos, el rol del CTO se ha convertido en una figura crítica para las organizaciones. Ya no basta con saber de sistemas o arquitectura: hoy se exige una mirada estratégica, liderazgo humano y capacidad de traducir código en ventajas competitivas. Alberto Martín Casado, Director de Tecnología e Innovación en ERNI, comparte su visión sobre lo que significa realmente ser CTO.
Alberto es ingeniero en Telemática por la Universidad Carlos III de Madrid y recientemente ha completado un PDD en IESE Business School. Esa combinación técnica y estratégica es lo que le ha permitido —en sus propias palabras— “traducir la complejidad tecnológica al lenguaje estratégico que entienden los equipos de ingeniería, producto y equipos directivos.”
Tras pasar por IMDEA Networks y la startup Bitergia, donde descubrió el poder de las comunidades open source y la transparencia como motor de innovación, hoy lidera el área de Tecnología e Innovación en ERNI. Además, colaboró como facilitador de Transformación Digital en MIT Professional Education. Pero más allá de los títulos, lo que define a Alberto es una actitud: “Pasión por aprender y compartir.”
El CTO, ¿jefe de ingenieros o líder estratégico?
La figura del CTO ha evolucionado enormemente en los últimos años. Para Alberto, es una transformación profunda:
“Ha pasado de ser ‘el jefe de los ingenieros’, enfocado en la tecnología interna y/o infraestructura, a ser un rol más estratégico para todas las compañías. Con esta tendencia y la evolución de los productos digitales, el rol del CTO creo que se convertirá en una pieza clave en la dirección de las empresas, aunque seguramente sea más amplio, complejo y estratégico.”
Esa evolución obliga a los CTOs a levantar la vista del código y mirar más allá de su propio departamento. Su consejo para quienes aspiran a este rol es claro:
“Primero, hacia fuera. Pregúntate quién hace algo parecido a lo que hacéis en tu empresa, quién marca el paso en tu mercado y por qué. Luego, hacia dentro. Con ese contexto, enfócate en proponer cambios: sobre personas, cultura, procesos, capacidades… Ganarás interlocución, contexto y la capacidad de aportar valor real.”
El rol del CTO exige, por tanto, una mirada dual: profunda en lo técnico, pero panorámica en lo estratégico.
La metáfora del entrenador: visión, estrategia y talento
Aunque ya no se considera fan del fútbol, Alberto usa esta metáfora para ilustrar su visión del CTO:
“Para mí un CTO es como el entrenador de la selección: tiene que saber entender y estudiar a los competidores, encontrar el talento, hacer equipo y tener conocimientos profundos en múltiples factores: trabajo en equipo, metodologías, estrategia, etc.”
Cita el caso del equipo británico de ciclismo, popularizado por James Clear, que logró pasar de la irrelevancia a dominar el medallero olímpico aplicando mejoras pequeñas pero consistentes. Esa misma filosofía de compound improvement es la que Alberto cree que debe abrazar un buen CTO.
Tres cualidades esenciales del CTO
Lejos del mito del genio solitario, para Alberto un CTO eficaz necesita tres pilares:
- Visión estratégica: criterio claro para tomar decisiones clave.
- Liderazgo ejemplar: conectar con las personas, con credibilidad y evidencia.
- Actualización técnica constante: mantenerse cerca de la tecnología es clave, incluso si se viene del mundo tech.
Y los tres retos más difíciles
- La velocidad del cambio tecnológico.
“Ya no es suficiente con gestionar un producto. Hay que pensar en innovar, generar valor y lograr resultados tangibles.” - La adopción realista de nuevas tecnologías.
“El CTO debe distinguir el hype del valor real, y demostrar retorno, con KPIs técnicos y de negocio. Aunque ahora mismo la IA y la ciberseguridad están siendo el foco de todas las empresas, no debemos perder de vista los avances en hiperconectividad y computación cuántica, ya que pueden transformar negocios enteros y convertirse en rinocerontes grises».” - La gestión del talento y la cultura.
“Unir personas, tecnología y visión en un solo rumbo es lo más difícil… y lo más importante.”
Evaluar a un CTO: impacto, talento, excelencia
¿Cómo se mide si un CTO está haciendo bien su trabajo? Alberto lo resume en tres criterios claros:
“La principal evaluación es el impacto, sobre todo en negocio: si impulsa ventaja competitiva, ingresos, ahorro… También su capacidad para atraer y retener talento. Y, por último, la excelencia operativa: fiabilidad, costes, deuda técnica, etc.”
La historia del caos que terminó bien
En su trayectoria no faltan batallitas. Una de ellas, con sabor a serie de Netflix, ocurrió durante una migración a AWS:
“Nos encargamos de migrar una aplicación muy compleja sin acceso al equipo anterior ni conocimiento previo. Por si fuera poco, rompimos producción dos veces. Pero, para nuestra sorpresa, descubrimos una documentación exquisita y un código muy limpio. Eso lo cambió todo.”
En tres meses, y gracias a la documentación, el sistema migrado y funcionando. La nota divertida fue que, el antiguo desarrollador de esa app era Brais Moure (MoureDev), y hace unos meses tuvieron la suerte de coincidir y poder, finalmente, comentar la jugada y cerrar el círculo de la historia
Libros en la mochila
Entre los títulos que recomienda, destacan “El ADN del innovador”, de Dyer, Gregersen y Christensen —una guía práctica para cultivar las habilidades de la innovación— y “Radical Candor”, de Kim Scott, sobre cómo dar feedback y liderar desde la humildad.
Conclusión
Alberto Martín Casado encarna una figura de CTO que escapa del cliché: ni gurú, ni jefe de técnicos, sino un conector entre personas, negocios y tecnología. Un estratega sin humo, que lidera con humildad, pensamiento crítico y pasión por mejorar, paso a paso.
“Lo importante será disfrutar el camino, con mentalidad de aprendiz y curiosidad genuina :)”
¡Nos vemos en próximas entregas de Perspectiva CTO!